martes, 5 de abril de 2011

ALMERÍA Y SU PUERTA DE PECHINA O DE PURCHENA

Dedicado a la ciudad de Pechina, cuna de nuestra historia, por cuyo río Andarax entró la fe de Cristo en la Península Ibérica, con los siete Barones Apostólicos.
Quedándose San Indalecio en éste lugar para fundar la primera Diócesis Cristiana.
Bonita, luce Almería
Indalo de plata lleva,
con salero y simpatía
hasta las nubes, se eleva.

Luminosa y campechana
crisol de muchos colores,
bulliciosa y cotidiana
mira al mundo sin temores.

Alcazaba de Sultanes
en la colina cercana,
perfumada de arrayanes
de flores blancas y grana.

Es nuestra Virgen del Mar
reina de toda su tierra
bañada de sol y mar
desde la playa a la sierra.

Aquella, vieja Pechina
que San Indalecio ungió
a su paso se reclina
dándole su bendición.

Y... según cuenta la Historia
de aquella triste mañana,
la gran Puerta de Almería
dejó de ser la Sultana.

El "cañico" de la fuente
preguntaba por su puerta,
al ver, pasar a la gente
sin apenas darse cuenta.

¿Dónde estás Puerta Pechina?
exclama el agua con pena,
y en la placa de la esquina
se lee Puerta de Purchena...

¡Aquel! su viejo camino
que hasta ella la llevaba,
se perdió en su destino
cuando el moro la entregaba.

Y durmiendo musulmana...
aquella puerta de almena
se despertó, ya cristiana
la nueva Puerta Purchena.

Don Nicolás Salmerón
inerte le preguntaba
¿Por qué tu nombre cambió
si tanto a ti te gustaba?

Y la puerta con disgusto
afligida le decía:
¡Nadie me lo preguntó
en aquel postrero día!...

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